La inercia de no verte

Y vuelvo a sentarme en el mismo lugar a pensar no han pasado las 500 noches de rigor para poder olvidarte y me enfrento al reto de volver a verte y tengo miedo de pensar que después de ese encuentro furtivo tendrán que pasar otras 500 noches para poder olvidarte... y si esto se convierte en un ciclo interminable tal vez nunca te olvide.

¿es esto sano? me preguntaba el otro día la dama de las siete orquestas, usando las palabras de manera diferente sólo logré contestar que necesitaba usar uno de los 19 días a los que tengo derecho.

Mientras la nostalgia me ganaba y yo le prendía su cigarro obligatorio, sentado y distraído me pareció escuchar el eco de tu voz en el mismo lugar en que tantas veces la escuché.

He tomado valor y te digo que contra viento y marea me arriesgaré a tener que esperarme otras 500 noches, no se que saldrá de esto pero lo haré.